¡Comienza el verano! Toca planificar qué vamos a hacer en familia durante las vacaciones escolares, pero organizar planes con adolescentes no es tan sencillo.
Los intereses de las personas van cambiando y evolucionando según crecen, y esto se vuelve más evidente en los adolescentes, que están buscando su personalidad, entendiendo sus gustos y definiendo sus intereses. Por eso, las vacaciones en familia que antes eran sencillas de organizar, de pronto pueden volverse un reto. Pero no te preocupes, hay maneras de llegar a acuerdos para poder seguir disfrutando de las vacaciones en familia.
Consejos para organizar las vacaciones con adolescentes
Hablar y negociar es lo mejor
En la medida de lo posible, si no tenéis una idea clara de cómo enfocar las vacaciones lo mejor es hablar y escuchar las propuestas de todos los miembros de la familia. Siempre hay maneras de encontrar un destino que ofrezca algo a todos. Podéis convertir ese momento en algo divertido, sacar un mapa y señalar, hacer listas de pros y contras, buscar destinos de moda en Internet…
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Establecer los límites desde el principio
Dentro del diálogo, es importante establecer las normas y límites. Cómo va a colaborar cada uno en las tareas, horarios de entrada y salida, actividades en familia durante las vacaciones… planificar con tiempo puede evitar muchos malentendidos. Una idea positiva puede ser establecer desconexiones tecnológicas compartidas. Por ejemplo, durante las comidas y cenas nadie puede usar el móvil. Así podéis pasar momentos de calidad.
La rutina de vacaciones puede seguir funcionando
Si siempre habéis ido al pueblo, o al mismo destino de costa, o a una ciudad en vacaciones es posible que los niños y niñas de la familia hayan creado allí grupos de amigos, y por tanto quieran volver. En ese caso, lo que va a cambiar no es el destino en sí, sino la forma de salir y administrar su tiempo. Tendrán más sentimiento de tribu con sus amigos y comenzarán a salir hasta más tarde, lo que es normal, aunque tal como decíamos en el punto anterior lo importante es definir los límites y renegociarlos si hace falta.
Respetar el espacio y tiempo de todos
Después de un año escolar intenso todo el mundo merece descansar y divertirse. Por tanto, hay que dar espacio y tiempo para no hacer nada: simplemente relajarse y cuidarse. Es normal que cada vez necesiten más intimidad y más control de su tiempo, así que no hay que verlo como algo personal, sino como una etapa en la que pasarán más tiempo por su cuenta, y lo que importa es mantener momentos de calidad en familia.
Vivir nuevas experiencias en familia y seguir creando recuerdos memorables juntos
Aunque vuestro destino sea el pueblo o la playa como siempre, intentad guardar unos días para una escapada en familia en la que podáis conectar. Negociad entre todos el destino y vivir esa experiencia pasando tiempo juntos, descubriendo cosas que os hagan ilusión a todos y sobre todo intentando seguir construyendo recuerdos felices todos juntos. ¡Feliz verano!