¿Cómo es la construcción de la identidad en la adolescencia? ¿De qué manera podemos desde la familia acompañarlos en esa búsqueda personal?
Una persona pasa toda su vida en la construcción de su identidad, pero la adolescencia es claramente un periodo clave, ya que se inicia la transición entre la infancia y la vida adulta y se suceden una gran cantidad de cambios físicos, mentales y sociales. Los jóvenes necesitan encontrar su sitio en la comunidad.
Entendemos el concepto de identidad como la suma de la opinión que una persona tiene de sí misma y de la opinión que los demás tienen de esa persona. Desde la primera infancia los niños ya buscan poco a poco desarrollar su identidad, y lo hacen con pequeñas cosas como reafirmarse en el “no” o a través de las rabietas.
Pero si hay un periodo en el que se construye la identidad y se reafirma esa independencia, es en la adolescencia. Un momento en el que la comunicación con nuestros hijos se vuelve más difícil, ya que empiezan a estar más influenciados por sus iguales que por nosotros.
Las fases de la construcción de la identidad en la adolescencia
Hay principalmente cuatro áreas que ayudarán al adolescente a desarrollar su autonomía:
- independencia de la familia en su camino a la vida adulta
- aceptación del cuerpo
- integración en la sociedad a través del grupo
- consolidación de la identidad
Todas están interrelacionadas, aunque esta última dependerá completamente de las otras 3.
Los adolescentes necesitan saber quiénes son y qué papel ocupan en el mundo, así como estar seguros de que son amados y respetados.
La construcción de su identidad estará condicionada por su contexto, ya que estarán influenciados por los modelos recibidos (tanto familiares como comunitarios) y por su historia personal. Pero también por su momento evolutivo.
Cómo ayudamos a los adolescentes a encontrar su identidad
Los adolescentes se esfuerzan por encontrar sentido al mundo y a sí mismos. En esa etapa comienzan a tomar decisiones importantes para su vida y para su identidad, y hay cosas que podemos hacer para ayudarlos en su camino:
- Sé una guía en la toma de decisiones. No se trata de decirles qué tienen hacer y cómo hacerlo, ya que entonces no aprenderán a tomar decisiones de forma crítica, y no sabrán tomar las adecuadas cuando no estemos presentes. Se trata de ayudarlos a pensar y a llegar a conclusiones.
- Valida sus emociones. Todas las personas necesitan aceptar, reconocer y expresar sus emociones de forma saludable. Y la adolescencia es una etapa de vivir emociones intensas. Podemos ayudarlos validando esas emociones, y eso se consigue mediante una escucha activa. Hay que evitar frases como “no deberías enfadarte” ya que no hay emociones incorrectas, sino maneras adecuadas de canalizarlas. Cámbialo por: “entiendo que estés enfadado, vamos a buscar la manera de arreglar el problema”.
- Ayúdalos con su autoestima. Tener una baja autoestima puede desembocar en tomar decisiones que otros eligen por nosotros. Para reforzar su autoestima debes evitar las comparaciones (ya sea con amigos, con hermanos) y reconocer sus virtudes.
- Refuerza sus fortalezas. Una de las cosas que hace sentir mal a los adolescentes es la sensación de no hacer nada especialmente bien. Para contrarrestarlo, puedes observarlos y ayudarles a desarrollar sus fortalezas (pintar, leer, escribir, hacer deporte, interpretar, ayudar a otros… lo que sea).
- Ofrece tu acompañamiento incondicional. Los adolescentes pondrán barreras entre ellos y vosotros, pero lo hacen para descubrir quiénes son. Desde la familia podemos seguir siendo apoyo incondicional mostrando disponibilidad, escuchando activamente cuando nos cuentan algo y evitando juzgarlos. Respétalos y quiérelos.