Consultar a un psicólogo es una buena idea si notas que tu hijo necesita adquirir herramientas para afrontar situaciones difíciles, mejorar aspectos de la conducta o si percibes que ha cambiado.
Los niños afrontan una gran cantidad de retos en su infancia, y también se enfrentan a problemas que no saben cómo solucionar. Un momento clave en el que los cambios pueden repercutir a nivel psicológico en nuestros hijos es el paso de primaria a secundaria. No solo por el aumento de exigencia académica, que también. Es el momento en que pasan de ser niños a adolescentes, y sabemos que esa etapa está llena de cambios físicos, emocionales y sociales.
No pasa nada por acudir al psicólogo
Lo primero es señalar que no pasa nada por ir al psicólogo. No significa que exista una patología grave, solo quiere decir que hemos detectado un problema y que queremos que un profesional nos ayude a afrontarlo, igual que acudimos al médico de cabecera si notamos un dolor.
3 preguntas que te pueden ayudar
La duda es: ¿cómo saber si mi hijo necesita ir al psicólogo? Para empezar, puedes plantearte estas 3 preguntas:
- ¿Sientes que tu hijo está sufriendo?
- ¿Crees que esto puede suponer para él dificultades en el futuro?
- ¿Su vida se ha visto afectada, ya sea a nivel escolar, familiar, social o cualquier otro?
Si has contestado que sí, puedes hablar tú primero con un profesional para exponerle la situación y que te dé su opinión profesional sobre si es recomendable comenzar una terapia.
Señales de que mi hijo quizá necesite la ayuda de un psicólogo
Cualquier cambio en el comportamiento puede ponernos alerta, aunque lo primero es observar sin alarmarnos y esperar. Hay muchos cambios que son puntuales y desaparecen al poco tiempo. Si, por ejemplo, notas que tu hijo está pasando por un momento puntual de agobio, no tienes que preocuparte. Puedes brindarle tu apoyo y darle las herramientas que tengas para ayudarlo. Lo más normal es que se le pase.
Señales que nos pueden indicar que nuestro hijo necesita ayuda profesional de un psicólogo:
- Cambios en el comportamiento: agresividad, miedo excesivo, conductas obsesivas, respuestas descontroladas…
- Problemas emocionales: baja autoestima, sensación de estar perdido, llorar más de lo que solía hacer, agobio, preocupaciones constantes, sensación de bloqueo, tristeza, culpa, celos…
- Aislamiento social: si crees que puede ser víctima de acoso, se siente solo, le cuesta hacer amigos y mantenerlos, problemas de adaptación…
- Desorientación vital: no encuentra sentido a lo que hace, no sabe cómo afrontar su futuro…
- Adicciones: la adicción a la tecnología, al juego, a las drogas… ante cualquier duda de que esté metido en algo peligroso, hay que actuar rápidamente para poner freno.
- Observación de conductas autolesivas.
- Trastornos en la alimentación: algunas señales que nos pueden indicar que podemos estar frente a un problema ante el que pedir ayuda es el aumento de comentarios por su parte sobre el peso y el físico, una pérdida o aumento de peso repentinos, la preferencia de comer solo…
No pasa nada porque pensemos que nuestro hijo necesita acudir al psicólogo: lo tenemos que ver como una manera de ayudarlo en su desarrollo si lo necesita.