Haz que tu hijo se sienta orgulloso de tu actitud en el campo de juego.
Seamos el mejor ejemplo de deportividad
Disfruta del juego
El deporte puede ser una competición, pero sobre todo es trabajo en equipo, esfuerzo y crecimiento personal. No olvides que tus hijos practican deporte principalmente para divertirse y porque les gusta, disfruta tú también con ellos.
Respeta al árbitro
Las decisiones del árbitro, ya sea en un partido amateur o en uno profesional, deben ser respetadas. Si no estás de acuerdo puedes comentarlo sin palabras ofensivas y en un tono de voz normal.
Sin gritos
Se puede animar desde la grada, ¡claro que sí! Pero sin tensión, solo para que los niños y niñas se motiven todavía más. Recuerda que todos los jugadores merecen respeto, sean del equipo que sean.
Da ejemplo entre los demás La falta de deportividad es contagiosa. Si vemos a otros padres y madres perder las formas, puede ser un ambiente propicio para que todo el mundo las pierda. Así que recordaos unos a otros que estáis ahí para divertiros y acompañar.