
- Se enriquecen las capacidades lingüísticas del niño.
- Los niños disfrutan más de la lectura al compartirla con los demás.
- Aprenden a reconocer su propia voz, a utilizarla para expresar emociones y a modularla.
- Mejora la comprensión lectora y aumenta la velocidad en la dicción.
- Facilita el reconocimiento e integración de los signos de puntuación.
- Aumenta la riqueza de vocabulario
- Ayuda a corregir errores en la lectura más fácilmente que en la lectura silenciosa.
- Se practica la capacidad de expresarse en público.
- El niño adquiere la habilidad de expresar mejor sus emociones.