Queremos cuidar a nuestros hijos para que no les pase nada, y en nuestro afán a veces podemos caer en la sobreprotección. No te preocupes: nos pasa a todos, pero hay maneras de cuidar sin sobreproteger. Te contamos cómo.
Apoyar a los peques y ayudarles en su vida será siempre una prioridad para los padres. Pero hay que tener en cuenta que existe una delgada línea entre proteger y sobreproteger a nuestros hijos. Por suerte, existen maneras de educar desde el apego seguro y sin caer en la sobreprotección. Vamos a reflexionar sobre las posibles estrategias para conseguirlo.
Consejos para evitar sobreproteger a tu hijo
Fomentar su curiosidad
Los niños son curiosos por naturaleza y aprenden muy rápido. Su interés por el mundo les empujará a tocar, hacer, mirar, escuchar y reaccionar. Nosotros estaremos ahí para vigilar que no hay peligros, pero promoviendo que descubran por sí mismos.
Permitir que aprendan de sus errores
Si no dejamos que se equivoquen, nunca podrán adquirir aprendizajes de sus fracasos. Y es que de los errores se aprende, y mucho. Procura permitirles cometer sus propios fallos y ayúdales a reflexionar después sobre ello para que saquen conclusiones.
No intervenir en todas las situaciones conflictivas
La resolución de conflictos es una habilidad que se adquiere trabajándola. Si cada vez que nuestro hijo se ve involucrado en una situación conflictiva intervenimos y lo solucionamos por él, conseguiremos que no sepa cómo enfrentarse a ello cuando no estés.
Eso no quiere decir que te quedes al margen ante los problemas, sino que aproveches cualquier conflicto para reflexionar con tu hijo, plantearle diferentes soluciones o alternativas y que pueda decidir por sí mismo. Ayúdales a tolerar la frustración.
Respetar su autonomía
Debemos proporcionarles espacios seguros en los que puedan desarrollar su autonomía sin peligros. Recuerda que no es lo mismo independencia que autonomía. En la autonomía acompañamos, reforzamos y protegemos.
Confiar en tu hijo (y que lo sepa)
Somos el apoyo incondicional de los peques, sobre todo en sus primeras etapas de desarrollo y durante el ciclo de primaria. Es importante saber trasladar a nuestros hijos que confiamos en ellos, y que pueden probar a hacer y a equivocarse sin que les advirtamos de su posible fracaso si lo intentan.
Educar en la responsabilidad
Aprender las consecuencias de los actos y la responsabilidad que cada uno tenemos sobre las cosas es una excelente manera de no caer en la sobreprotección. Los niños deben saber que son personas autónomas y deben entender el impacto de sus palabras y actos en los demás. La responsabilidad y la empatía van de la mano en esta enseñanza.
Los beneficios de no sobreproteger
- Nuestros hijos crecerán más felices.
- Desarrollarán habilidades sociales desde temprana edad.
- Les proporcionaremos herramientas para afrontar los conflictos y solucionarlos.
- Crecerán en un ambiente más distendido, con límites claros, pero permitiendo que experimenten y aprendan por sí mismos.
- Vivirán un apego seguro que les harán sentir protegidos pero autónomos.
