Llega el verano, y los adolescentes tienen mucho tiempo libre después de un año intenso de estudios. ¿Cómo adaptamos las normas durante las vacaciones?
La rutina que tanto costó establecer durante el curso escolar se ve alterada durante las vacaciones, y toca hacer un cambio de mentalidad y establecer nuevas normas o flexibilizar las actuales. Generalmente, los adolescentes de la familia son los que más libertad van a comenzar a pedir, especialmente en verano: llegar más tarde a casa, ir a conciertos, hacer pequeñas vacaciones con amigos…
¿Cómo gestionar el cambio en las normas durante las vacaciones? Te damos algunos consejos.
Cambio en las normas durante las vacaciones con adolescentes
- Nuevas normas, pero establecidas. Es decir, que es mejor anticiparse a las posibles demandas que puedan surgir en verano: establecer nuevos horarios de antemano, decidir destino de vacaciones etc.
- Confianza y negociación. Muchas de las discusiones con adolescentes vienen de la imposición, ya que están en un momento de cambio de mentalidad en el que buscan su independencia y su autonomía. Para evitar discusiones, lo mejor es utilizar la negociación y mostrar flexibilidad y confianza.
- Permitir el descanso. No hay que pedirles que continúen estudiando ni aprendiendo algo: también merecen descansar de un duro curso académico y retomar fuerzas para afrontar el siguiente.
- Implicación en su vida. Una de las claves está en mantener la comunicación y hacerles preguntas sobre sus rutinas. No para supervisar cada paso, sino para que sepan que muestras interés en su vida y que pueden contar contigo.
- Mantener los planes en familia. Aunque los adolescentes necesitan mucha más libertad, es muy positivo mantener los planes en familia: comer todos juntos, ir de excursión…
Establecer normas consecuentes y meditadas
En muchas ocasiones ponemos normas sin pensar en sus consecuencias o sin dar alternativas. Si queremos que desarrollen el pensamiento crítico y la responsabilidad individual, debemos darles alternativas e intentar que las normas tengan un sentido real (ya sea por su seguridad, por la familia, por la convivencia…). Las normas impuestas serán más difíciles de digerir por su parte.
Diálogo, confianza, firmeza y coherencia
Diálogo, confianza, firmeza y coherencia: estas son las cuatro claves para disfrutar de un verano agradable con los adolescentes. Debemos tener en cuenta que posiblemente confronten con nosotros solo por el hecho de probarse y entenderse, pero si basamos las decisiones en el diálogo, posiblemente acepten mejor las normas en las que ellos también han participado.
Además, con una posición de escucha activa y conversación estaremos dejando la puerta abierta a que puedan contarnos aquellas cosas que les preocupan o compartan con nosotros sus dudas.
Responsabilidad individual
Aunque respetemos su derecho a descansar, la independencia que van ganando en su ocio y en la toma de decisiones debe crecer de forma paralela a sus responsabilidades. Mantener su habitación limpia y ordenada, cocinar de vez en cuando para los demás, hacer la compra, poner lavadoras… es muy positivo incluir responsabilidades básicas en su rutina.